Filandia, la "Hija de los Andes", pueblo hermano de Salento, cuenta su propia historia en las calles adornadas con casonas tradicionales. Entre sus bosques nublados, se descuelgan los bejucos desde los gigantes árboles, entre los aullidos de los monos que conquistaron el dosel, bejucos que han forjado la tradición cafetera con la fabricación de canastos llevados a cabo por diestras manos artesanas, que generación tras generación, enseñan el antiguo arte. En el bosque de bejucos, los monos vigilan, cuidan de sus familias y nos advierten con sus gritos que estamos en sus dominios, la Reserva Barbas- Bremen. Es la historia de los arrieros, la búsqueda de los monos y el aprender acerca de la artesanía local haciéndola con las propias manos..

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Filandia, the "Daughter of the Andes", sister town of Salento, tells its own story in the streets adorned with traditional houses. Among its cloud forests, the "bejucos" are hanging down from the giant trees, among the howls of the monkeys that conquered the canopy, bejucos that have forged the coffee tradition with the making of baskets mades by skilled craftsmen, which generation after generation, they teach the ancient art. In the forest of bejucos, the monkeys watch over, take care of their families and warn us with their shouts that we are in their domain, the Barbas-Bremen Reserve. It is the history of the muleteers, the search for the monkeys and the learning about the local crafts making it with our own hands.